Revista Avance
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Gerónimo Cárdenas

In memoriam

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Gerónimo Cárdenas

(07/08/1942 – 14/11/2021)

Es habitual decir del honrado fallecido que seguirá con nosotros para siempre. Lo expresamos así cuando sabemos que extrañaremos a esa persona por el motivo que fuere, pero especialmente por el afecto que le habremos dispensado o por el reconocimiento de la valía de su paso por la vida. Lo hacemos aunque sepamos en el fondo que se trata de una ilusión, que si hay algo irreversible en la vida, es, precisamente, la muerte, esa ausencia definitiva y -casi- del todo irreparable.

Casi, porque en casos como los del Ingeniero Gerónimo Cárdenas -a quien recientemente hemos perdido-, la solidez de lo que deja su paso por la vida alcanza ahora para sostenerse sin su presencia. Ese es quizá, en el plano de las ideas y las acciones que lo motivaron y mantuvieron en actividad hasta sus últimos momentos, su mejor legado.

De su existencia cuentan en este sentido sus más de 40 años de dedicación progresiva y constante al laborioso trabajo de impulsar en nuestra provincia, en nuestra región, en nuestro país, la conveniencia de la adopción de la biomasa vegetal como fuente renovable de energía, solución sostenible y eficaz de un problema que hoy es ya una emergencia ambiental planetaria. Y en paralelo, la tarea de construir en la EEAOC -institución a la que nunca dejó de pertenecer y de servir entre 1980 y su lamentable deceso este año- lo que hacía falta para investigar, desarrollar, transferir y perfeccionar en la práctica alternativas para el manejo eficiente de la energía en la industria azucarera, orientándola hacia el uso de las fuentes vegetales con las que sobradamente cuenta.

En su carrera hacia los objetivos que lo guiaban ocupó distintos cargos, tanto en el sector público como en el privado, aunque su centro permaneció en el desarrollo del área industrial de la EEAOC y en contribuir a dotarla de capacidades humanas e instrumentales para servir al sector con calidad y eficiencia.

Al inicio de su larga permanencia en la institución se desempeñó como miembro del staff técnico del área industrial entonces recientemente creada y concluyó su tarea luego de haber llegado a dirigirla, a crear y coordinar el Programa Bioenergía en su seno y a ser distinguido como Investigador Emérito de la casa. Publicó más de 100 trabajos con referato en distintas revistas especializadas, llegó a ser miembro del Directorio de la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica y a poner en marcha, entre la EEAOC y la Universidad Tecnológica Nacional, filial Tucuman, la Maestría en Ingenieria Bioenergetica que condujo hasta sus últimos días.

Informado, convencido, entusiasta, comprometido, perseverante, son adjetivos que bien le cabían. Quienes lo conocieron de cerca, especialmente en el ámbito laboral y como líder natural de proyectos, podrán agregar otros, como severo y a veces algo gruñón; pero a sabiendas de que con ese carácter sostenía el timón con la necesaria firmeza y que, así como estricto hacia afuera, lo era también consigo mismo, dados los infortunios familiares que padeció y cuyos efectos en su desempeño profesional nunca dejó traslucir.

Lo que nos deja Gerónimo Cárdenas es ese ejemplo de enjundia, de empecinada pero racional determinación y lo que hizo con ello como promotor y como -ingeniero al fin- constructor de una unidad de investigación y servicios que hoy funciona, evoluciona, sirve y se proyecta hacia adelante en el camino de las soluciones bioenergéticas que la agricultura tiene para ofrecer.

Lo extrañaremos.


Eugenio Moreno

(29/08/1951 – 14/11/2021)

Andrés Eugenio (Nacho) Moreno ingresó a la EEAOC en octubre de 1980 para cumplir funciones como encargado de la huerta de la Subestación Edward W. Viirsoo de Las Carreras, Tafí del Valle, de donde era oriundo, tarea que cumplió desde el inicio con dedicación y sentido de pertenencia. Esas virtudes le valieron luego su designación como casero en la misma Subestación, hasta que al discontinuarse en un momento la actividad del predio fue trasladado a la Sección Química en la sede central.

El orden, la limpieza de las instalaciones y del material de laboratorio, básicos para su cuidado funcionamiento, fueron la muestra permanente del esmero que ponía en todo lo que hacía. Su sentido de la responsabilidad lo llevó a solicitar que su tarea fuera especialmente auditada en el año 2003 durante el proceso de certificación de calidad  bajo normas IRAM- versión 2000- de los laboratorios de la institución.

Lector incansable, amante de las palabras, de la música y del fútbol -era hincha insobornable de Peñarol de Tafí-, de espíritu curioso, de corto carácter pero amable y respetuoso en el trato con su prójimo, Nacho Moreno será recordado por esos rasgos que caracterizaban la finura de su comportamiento.

Sus últimos años como personal de apoyo de la EEAOC, un poco antes de jubilarse, los pasó nuevamente en la Subestación de Tafí del Valle, en su tierra, cerca de los suyos, en el lugar de trabajo donde había comenzado, redondeando así 30 años impecables de servicio, ejemplares por la seriedad y el respeto con los que encaró lo que le tocó como tarea.

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