Revista Avance
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Hablemos de Vigor de Semillas

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Prado, Cynthia L.; Devani, Mario R.

 

En la actualidad el concepto de vigor en las semillas se ha arraigado en la tecnología, la producción y la comercialización de semillas como un atributo más que define la calidad de un lote, pero su origen se remonta al siglo pasado, cuando algunos agricultores notaron que lotes de semillas de igual valor de germinación, sembrados en idénticas condiciones de campo, mostraban diferencias en la implantación. Esto despertó la curiosidad de los investigadores que trabajaban ya,  desde hacía un tiempo, en la viabilidad de las simientes.

 

El estudio de la calidad de las semillas tiene su inicio con el desarrollo del comercio de semillas  a gran escala para satisfacer la creciente demanda de alimentos en el mundo, en el siglo XX. Con el nacimiento de la industria semillera en países agrícolas surgió la necesidad de inspeccionar, verificar y determinar la pureza de las semillas y la capacidad de estas para germinar y así regular, organizar y legalizar la  comercialización de semillas.

Es en este conocimiento donde numerosos investigadores del mundo, principalmente de Europa, pusieron énfasis en sus investigaciones, estandarizaron los protocolos de germinación para diferentes especies y  establecieron las condiciones óptimas para alcanzar la germinación en condiciones de laboratorio. De estos estudios surgió el test estándar de germinación, también llamado poder germinativo, usado universalmente para determinar la viabilidad de las semillas de manera estandarizada y precisa,  con resultados altamente confiables.

Pero el concepto de vigor, como tal, recién tuvo impulso en el 9º congreso de ISTA (International Seed Testing Association) en 1950, donde se expuso la necesidad de conocer el comportamiento de las semillas en condiciones de germinación no óptimas, como las que se presentaban en los laboratorios, sino en un amplio rango de ambientes, incluso desfavorables.

Veamos cómo podemos definir el vigor para entenderlo mejor

 

La real Academia Española define el vigor como una “fuerza o actividad notable de las cosas animadas o inanimadas”. Cuando hablamos de semillas, recordemos que nos referimos a seres vivos, una vida latente, una planta en miniatura preservada en una estructura de protección y diseminación. Esta fuerza diferencial fue lo que llamó la atención de los investigadores que, cuando estudiaban  germinaciones, notaban variaciones en la velocidad y uniformidad del desarrollo de plántulas en los ensayos de viabilidad, por lo que hablaban de energía de crecimiento, fuerza conductora o vigor de las semillas para germinar.

ISTA define  el vigor de la semilla como la suma de aquellas propiedades que determinan la actividad y el desempeño de los lotes de semillas, de germinación aceptable, en un amplio rango de ambientes. El vigor de la semilla no es una propiedad medible única sino un concepto que describe varias características asociadas con los siguientes aspectos del desempeño del lote de semillas:

  • velocidad y uniformidad de la germinación de la semilla y el crecimiento de las plántulas
  • capacidad de emergencia de las semillas en condiciones ambientales desfavorables
  • desempeño luego del almacenamiento, particularmente la conservación de la capacidad de germinar

Un lote de semillas vigoroso es aquel que es potencialmente capaz de comportarse bien incluso bajo condiciones ambientales que no son óptimas para la especie.

Frente a esta definición académica del vigor podemos entender que en lotes de semillas de germinación aceptable (bajo condiciones óptimas de germinación) existen diferencias más sutiles que la germinación estándar enmascara y se hace necesaria la determinación de estas diferencias por otros ensayos más sensibles.

Entonces el vigor es un atributo complejo donde se involucran aspectos relacionados con la sanidad, integridad física de la semilla, genética, viabilidad -y por consiguiente su capacidad para preservarla en el tiempo-, velocidad  y uniformidad de germinación, entre otros.

Las pruebas de vigor pueden dividirse en directas o indirectas. Las primeras recrean en laboratorio condiciones de campo y/o de estrés, mientras que en los ensayos indirectos se estima el vigor a partir de la determinación de atributos asociados  a la performance de las plántulas. Estas pruebas deberán aportar datos más sensibles  acerca de la calidad y permitir la diferenciación de lotes de semillas.

 

Si bien el vigor de las semillas está asociado intrínsecamente a su viabilidad, aquel se pierde antes que la capacidad de germinar. Esta  pérdida se corresponde con una disminución o falla metabólica en la capacidad de la semilla de llevar adelante funciones vitales de germinación y desarrollo de una plántula normal productiva, y puede ocurrir rápidamente, en unos días, o más lentamente y demorar años. La consecuencia final de este deterioro es la muerte de la semilla.

Conocer el vigor puede tener un rol determinante en el manejo de un lote de semillas, ya que se establece un estado inicial de vigor-calidad y, como consecuencia, una estimación del deterioro con el que partimos y la posibilidad de adecuar las medidas necesarias para transitar un período de almacenamiento o de trasporte adecuado, sin condiciones estresantes, para así llegar al momento de la siembra con la mayor calidad posible en nuestra semilla.

 

 

La calidad se logra a campo y está íntimamente ligada al manejo agronómico del cultivo junto a las condiciones ambientales durante el ciclo de producción. Una vez cosechada la semilla, con su máxima viabilidad y vigor logrados, comienza la tarea de los técnicos de preservarla en el tiempo para llegar en óptimas condiciones  a la próxima siembra, siendo necesario un continuo monitoreo de la calidad con pruebas de vigor complementarias a las pruebas de germinación.

 

 

Bibliografía.
  • Comité de Análisis de Vigor ISTA. Comprendiendo qué es el vigor de la semilla. Revista Análisis de Semillas. Año 1. (2007) Nº 1: 44-46.
  • Peretti de Molinuevo, A. 2007. Hacia el vigor de las semillas. Revista Análisis de Semillas 1: 47-53.
  • ISTA (International Seed Testing Association). 2020. International rules for seed testing. Rules 2020. ISTA, Bassersdorf, CH – Switzerland.

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