Revista Avance
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Hablemos de mejoramiento en soja

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José R. Sánchez*, Mario R. Devani*, Fernando Ledesma*
* Sección Granos, EEAOC. granos@eeaoc.org.ar

 

El mejoramiento genético de plantas tiene como principal objetivo el incremento de la productividad, es decir el rendimiento, lo que se produce por unidad de superficie. Esto, a su vez, viene ligado con numerosos objetivos más específicos que colaboran y son base también para la mejora en rindes: adaptación de los cultivos a los distintos ambientes productivos y sus factores abióticos particulares, así como resistencias y/o a plagas y enfermedades, sin disminuir e incluso mejorando la calidad del órgano de cosecha. Sus mejoras también pueden venir ligadas al manejo agronómico del cultivo, seleccionando determinadas estructuras morfológicas o fenológicas que faciliten la implantación, mantenimiento, cosecha y postcosecha del cultivo integral. Es por ello que debe apoyarse (y lo hace) en ciencias básicas como genética, biometría, botánica, fisiología y, últimamente, biotecnología, las que de a poco van convirtiendo el ”arte” del fitomejorador en técnicas cada vez más precisas, detalladas, dirigidas, con mayor solidez estadística y biológica, y de menores tiempos y costos.

 

Los inicios documentados del fitomejoramiento podrían ubicarse 6000 años atrás, en la selección de semillas de arroz en China, o bien en Egipto, hace 4000 años, con la polinización artificial de palmeras datileras. Por medio del mejoramiento genético de las plantas se lograron importantes adelantos en la agricultura a lo largo de la historia. Y estos avances permitieron a diferentes culturas de la historia progresar gracias al incremento de alimentos logrado para su población. Pero no es hasta fines del siglo 17 que se empieza a considerar el fitomejoramiento como una actividad científica con la determinación (y demostración) de la existencia de sexos en los vegetales por parte de Camerarius en 1694. A partir de allí, y sobre todo en los últimos 70 años, el desarrollo de la investigación y su aplicación tuvieron crecimientos exponenciales, ingresando en terrenos cada vez más ínfimos como el de biología molecular, genómica, etc. Se puede confirmar que el 50% del incremento en la productividad de los principales cultivos de los cuales depende la alimentación humana son debidos al mejoramiento genético.

 

El cultivo de soja es también milenario y su origen es el sudeste asiático, debiendo haber sido modificado, adaptado y mejorado constantemente, desde su lugar fuente hasta los distintos puntos del globo donde fue llevado para los intentos de implantación. La Argentina, y específicamente Tucumán, no fueron ajenos de la historia del cultivo de esta oleaginosa, tan completa desde el punto de vista nutricional, habiéndose introducido la misma a inicios del siglo pasado. En nuestra provincia, la evaluación de variedades, su manejo agronómico y posterior mejoramiento genético fueron acompañados, canalizados y pulidos por la Estación Experimental Agroindustrial Obispo Colombres (EEAOC), en forma conjunta con otras instituciones, la cual continúa siendo pionera y líder en el proceso de generación y difusión de tecnología no solo para el cultivo de soja, sino para el de granos en general.

 

En una etapa inicial, la labor de la EEOAC en el mejoramiento de soja fue la de introducir y evaluar variedades foráneas para determinar las mejor adaptadas a nuestra región, pudiéndose nombrar cultivares como Lee, Halesoy 71, Bragg, Dowling, IAC-4 y LAX, los cuales en su conjunto llegaron a ocupar cerca del 80% de la superficie sembrada del NOA. Una nueva etapa en el mejoramiento genético de la oleaginosa comienza a partir de la obtención de variedades locales, cuando la EEAOC implementó en la década del 70 un programa de mejoramiento local. El trabajo de mejoramiento en la EEAOC fue de vital importancia, ya que durante muchos años fue el único equipo técnico en el cultivo de soja, por ende, los únicos generadores de variedades adaptadas a las particularidades de nuestros ambientes, siendo llevado a cabo todo el proceso en la subestación de Monte Redondo, Tucumán, en el centro del área sojera de nuestra provincia. En esta fase se liberaron variedades como Tuc G 16, Monte Redondo, Shulka y Huayra (convencionales) y Munasqa, Qaylla, Yanasu, Waynasoy y Tukuy (con resistencia al herbicida glifosato). Munasqa, específicamente, fue la de mayor difusión, tanto en el NOA como en el NEA, llegando al millón de hectáreas sembradas. Además, dadas sus excelentes características defensivas y buen potencial de rindes, fue llevada a Bolivia, donde en el pico de uso fue implantada en más del 50% del área sojera del vecino país, siendo además la puerta de entrada y difusión del trabajo de la EEAOC a otros países de Sudamérica como (Paraguay, Brasil y Colombia. Actualmente incluso se difunden y comercializan variedades de la institución en Sudáfrica, donde ya se inscribieron más de cinco cultivares.

 

La metodología utilizada para el mejoramiento de esta oleaginosa en el Proyecto Soja de la EEAOC sufrió cambios y ajustes a lo largo de los años hasta la actualidad, permitiendo aumentar los ensayos, repeticiones y localidades de testeos sin desmedro de la calidad ni de la precisión del trabajo. Al presente se utiliza la metodología de Descendencia de Semilla Única con modificaciones, que posibilita aumentar el número de ensayos manteniendo la variabilidad generada y, sobre todo, acortar los tiempos en la generación de una variedad (normalmente de 10 años), al permitir el avance generacional acelerado fuera de estación. Otras mejoras, tanto en los tiempos como en el grado de detalle del proceso, es el apoyo de tecnologías de biología molecular para la determinación, inclusión y apilamiento de tolerancias a factores bióticos y abióticos, a través de las áreas de Fitopatología y Biotecnología de la EEAOC.

 

En la actualidad, el Programa de Mejoramiento Genético de Soja (PMGS) de la EEAOC se encuentra pronto a inscribir variedades con tecnología Intacta, la cual le confiere tolerancia a un determinado grupo de plagas lepidópteras. Las mismas se iniciaron a través de convenios con la empresa propietaria del gen, que permitió la introgresión de este en variedades y líneas avanzadas del PMGS y luego la utilización de variedades comerciales Intacta como germoplasma para la realización de cruzamientos. Además, al ser uno de los objetivos de este Programa la generación de variedades con resistencia a distintos factores, se encuentra cercana a terminar la inscripción y liberar un cultivar con tolerancia y resistencia a diferentes especies de nematodos plagas, presentes en nuestros suelos.

 

El futuro del mejoramiento de la soja, tanto en la EEAOC como en los demás semilleros, se basará en la continua introgresión de genes de tolerancia en estructuras de variedades altamente productivas; o bien, en una nueva tecnología denominada Edición Génica, la cual no es una transgénesis sino una reorganización de los genes ya presentes en los cultivos. Esto representa numerosas ventajas, siendo las principales la velocidad de los procesos de liberación de los materiales -al no necesitar períodos de prueba regulados como los precisaban los transgénicos- y la inocuidad de los resultados; por ende, esta tecnología se ubicaría dentro de los estándares agroecológicos propuestos internacionalmente.

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