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Granos Campaña de soja 2018/19 en la provincia de Tucumán

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En el ciclo agrícola 2018/19 la superficie con soja en la provincia de Tucumán fue de 172.300 ha, registrando una disminución del 11% respecto a la campaña anterior (Fandos et al., 2017). De esta manera se repite una tendencia que se observa desde hace algunos años en la región del noroeste argentino (NOA).

La caída en la superficie de soja se debe a diversos factores, siendo la disminución de la rentabilidad uno de los principales, el cual se aprecia desde hace tiempo al comparar la variación del rinde de indiferencia o del margen bruto (Pérez et al., 2018). Se debe mencionar que el NOA, comparado con la zona núcleo, está fuertemente condicionado por el ambiente (alta frecuencia de estreses abióticos, tipos de suelos, etc.) y presenta mayores dificultades sanitarias (alta presión de plagas, malezas y enfermedades), resultando en menores potenciales de rendimiento. Esto conlleva a realizar más aplicaciones de agroquímicos, lo cual -sumado a un flete más elevado por la distancia a los puntos de procesamiento- incrementa los costos de producción en la región.

 

 

A los fines de entender la dinámica de un sistema productivo que cada vez necesita de mayores niveles de análisis y estrategias, y para mantener rentabilidad en el tiempo, es importante realizar el análisis de cada ciclo agrícola por las particularidades que cada año presenta.

En este artículo se comenta el desarrollo de la campaña de soja 2018/19 en la provincia de Tucumán, considerando distintos factores que permitan explicar los rendimientos que se registraron y otros aspectos de la producción

Condiciones climáticas, fechas de siembra y calidad de semilla

La campaña 2018/19  se desarrolló con buenas condiciones ambientales durante el ciclo del cultivo. Los aportes hídricos comenzaron desde el mes de octubre, que tuvo registros de lluvias por arriba de lo normal, al igual que la primera quincena de noviembre, días en los cuales se acumuló el agua que habitualmente se presenta en todo ese mes. Esta situación favoreció las fechas de siembras tempranas, que se extendieron en el área de Tucumán y zonas de influencia, salvo excepciones en  localidades del sur.

Durante las diferentes etapas del cultivo la situación ambiental propició un buen desarrollo de las plantas, permitiendo llegar al momento de la cosecha con un potencial de rendimiento muy bueno. No obstante, temporales de lluvia y exceso de humedad afectaron la calidad de los granos para consumo y semilla al momento de la trilla por las demoras en cosecha. Esto disminuyó los valores de rendimiento en algunos lotes comerciales, especialmente en aquellos que combinaron fechas de siembra tardías con grupos de madurez (GM) de ciclo largo.

Se alcanzaron, en líneas generales, buenos rendimientos en los ambientes provinciales, con valores promedio cercanos a las 3 t/ha.

La cosecha demorada, como antes se mencionó,  tuvo un efecto negativo en la calidad de la semilla obtenida, afectando el poder germinativo (PG) principalmente. Por ese motivo será importante realizar nuevos análisis cualitativos para verificar los valores de PG de la semilla y asegurar la disponibilidad de este insumo en la campaña venidera.

 

Grupos de madurez, soja Bt

Los materiales de GM cortos (V y VI) fueron los que obtuvieron los mejores rindes comparados con los largos (VII y VIII), en proporciones mayores al 6%. Se observó que la mayoría de los cultivares de GM corto respondieron positivamente a mejoras del ambiente, alcanzando los máximos rindes en los  lotes más favorables, mientras que los materiales largos, en términos generales, fueron más estables en sus performances en diferentes tipos de campos, pero con rendimientos más bajos.

Estos resultados marcan una tendencia en los últimos años sobre el mejor comportamiento de las variedades cortas, motivo por el cual se viene modificando la preferencia en los productores de la región e incrementando la superficie ocupada por estos materiales. Por otro lado, la oferta varietal en la provincia fue en su mayoría de variedades con tecnología RR2Bt, las cuales estuvieron presentes en una superficie aproximada del 65%, siendo los rendimientos de estos cultivares superiores a los materiales RR1, tendencia que se viene manifestando en los últimos cinco años.

Aspectos sanitarios

En términos de la sanidad del cultivo, la campaña se destacó por la ocurrencia de enfermedades foliares, fundamentalmente de la Roya asiática de la soja, la cual apareció de manera anticipada y con mucha intensidad, avanzando aceleradamente favorecida por las condiciones ambientales predisponentes, lo que generó un incremento muy importante en la incidencia y severidad. El progreso de la enfermedad ocasionó la caída anticipada de las hojas, acelerando el momento de la cosecha y produciendo mermas de rendimiento, principalmente en variedades de grupos de maduración largos en siembras tardías. Si bien la mayoría de los productores realizaron aplicaciones de fungicidas que frenaron parcialmente el avance de la enfermedad, esta continuó progresando y afectando el cultivo. Las plagas insectiles no tuvieron una presión considerable en relación a campañas pasadas;  sin embargo se observó un incremento de las plagas que no son blanco en las variedades Intactas-Ipro (resistentes a orugas).

Rentabilidad-Gastos

Los gastos de esta campaña (de barbecho a cosecha) fueron de aproximadamente 330 USD/ha. La variación en el precio de la oleaginosa en el período de un año (junio 2018 a junio 2019) fue una disminución del 21%. El rinde de indiferencia (con un precio de la soja de 225 USD/t) ascendió a 2,2 t/ha en tierra propia y a 2,8 t/ha en tierras arrendadas, un 20% más que la campaña pasada. El Índice RIC% (rendimiento de indiferencia comparado %), que señala la rentabilidad de la campaña y es una comparación porcentual entre el rendimiento promedio de la provincia y el rinde de indiferencia, tomó valores de 30% y 7%, según se trate de producción en tierra propia o en arriendo.

La variación del rinde por hectárea en muchos casos estuvo asociada al manejo del cultivo. Rindes más altos se relacionan a incrementos en la complejidad en los sistemas productivos, es decir de la diversidad y de la intensificación, con continuidad en la rotación soja/maíz, inclusión de trigo, garbanzo o un cultivo de servicio en invierno, y también con el cuidado de la fertilidad, entre otros factores.

Consideraciones finales

Fue una campaña que empezó temprano y terminó con buenos rendimientos culturales, en la cual, en términos generales, los ambientes acompañaron el resultado en los lotes de producción (sin estreses hídricos ó térmicos). En algunos casos (GM largos y siembras tardías), tanto el rinde como la calidad de semilla se vieron disminuidos por el temporal en cosecha y la presencia de Roya asiática.

El productor mantuvo la tendencia de utilizar GM cortos y con tecnología Bt principalmente. Las plagas insectiles no fueron relevantes durante esta campaña, pero se observó un incremento de aquellas que no son blanco de la tecnología Intacta.

En cuanto al análisis financiero, el rinde de indiferencia aumentó con respecto a la campaña pasada. Los rendimientos amortiguaron los mayores costos del ciclo del cultivo en un escenario de precios volátiles y menor renta.

Es necesario remarcar que la producción agrícola necesita de manera urgente un replanteo en el desarrollo de sistemas que apunten a la sustentabilidad en el tiempo, a través de diferentes estrategias de manejo que consideren paradigmas productivos, adoptando prácticas que contengan parámetros ambientales, sociales y económicos.

Bibliografía citada

Fandos, C.; J. I. Carreras Baldrés; P. Scandaliaris; F. J. Soria; M. R. Devani; D. E. Gamboa; F. Ledesma y O. N. Vizgarra. 2019. Relevamiento del área cultivada en Tucumán, con soja, maíz y poroto, en la campaña 2018/2019. Comparación con campañas precedentes. Reporte Agroindustrial 161, EEAOC.
Pérez, D.; M. R. Devani; V. Paredes y G. Rodriguez.  2018. Crecimiento del gasto de producción del cultivo de soja y su relación con el modelo productivo. Publicación Especial EEAOC El cultivo de soja en el noroeste argentino.

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