Revista Avance
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Energías renovables, Biomasa, biocombustibles

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Caro Cruz. Ingeniera Química, UNT. Magister en Energías Renovables, UNSa.

Área de desempeño profesional: Cálculo de balances de masa y energía para analizar mejoras en fábricas de azúcar. Estudio de sistemas de cogeneración en la industria sucro-alcoholera. Incremento de la eficiencia energética de sistemas de producción de bioelectricidad en la industria sucro-alcoholera a partir de biomasas residuales. Colaboración en la gestión y desarrollo de proyectos relacionados a energías de la biomasa. Aprovechamiento energético de la biomasa.

 

Callejones

Argentina depende fuertemente de los combustibles fósiles para su aprovisionamiento energético, el petróleo y el gas natural contabilizan casi el 90% de la energía consumida. El país necesita diversificar su matriz energética a fin de reducir esta dependencia y por ello, el gobierno nacional está buscando impulsar el uso de biomasa con fines energéticos y promocionar el potencial de una energía renovable y segura en todo el país mediante el proyecto Promoción de la Energía Derivada de Biomasa. En tal sentido, la Ley Nacional 27191 estableció como objetivo lograr una contribución de las fuentes de energía renovables: 8% del consumo de energía eléctrica nacional hasta el pasado 31 de diciembre de 2017 y aumentar esta contribución hasta el 20% al 31 de diciembre de 2025.

En Tucumán, en el período de la zafra azucarera y citrícola se genera una crisis: la demanda de gas natural es mayor que el gas disponible. Esto provoca cortes en el suministro a las industrias locales en los meses de mayor actividad, con el consiguiente perjuicio económico para la actividad agroindustrial.

Abriendo caminos

La biomasa es versátil, diversa, renovable, ampliamente disponible en diferentes configuraciones de territorios y paisajes, almacenable y biodegradable, entre otras de sus cualidades. Esta gran diversidad de recursos la convierte en un grupo versátil y adaptable en función de las necesidades energéticas (térmicas, eléctricas, mecánicas, químicas, etc.) y que, bajo esquemas planificados y racionales, puede ser renovado continuamente. Por otro lado, al igual que en la utilización de otras fuentes energéticas renovables, se estaría reduciendo una importante cantidad de emisiones de gases efecto invernadero.

Sin embargo, dado que los recursos de biomasa pueden ser naturales (cultivos energéticos, sin transformación, cultivados solo para obtener energía) o residuales (productos de actividades económicas primarias o secundarias), su aporte a la matriz energética estará dado, principalmente, por la suma de pequeños aportes de proyectos localizados territorialmente donde se encuentra el recurso o sus posibilidades de obtenerlo.

En el caso de la caña de azúcar, por un lado, el bagazo es un combustible renovable que se quema en calderas obteniendo energía térmica y eléctrica en sistemas de cogeneración. Por otro lado, la eliminación paulatina de la quema del cañaveral y el avance creciente de la cosecha en verde han dado lugar a la posibilidad de disponer del residuo de la cosecha (RAC) adecuado, en cantidad y en calidad, para su aprovechamiento como fuente energética (biocombustible). En este sentido, se vienen realizando varios estudios referidos a la caracterización, manejo, acondicionamiento, almacenamiento, impacto ambiental y combustión en calderas del RAC. También por medio de Proyectos Federales de Innovación Productiva (PFIP) se realizaron ensayos en ingenios de la provincia, con resultados satisfactorios.

El sorgo fibroso es un cultivo energético que se adapta a condiciones agroecológicas desfavorables y, posee entre sus características más importantes, una alta producción de biomasa y un buen nivel de fibras. Es un cultivo de verano, de ciclos cortos de producción (3 – 4 meses) y se puede incluir en las rotaciones con otros cultivos resultando beneficioso para el suelo. Sus características más importantes son alta producción (>80t/ha); alto contenido de fibra (18-20%); bajo contenido de azúcares, tallos tolerantes al vuelco, buena sanidad y adaptación a estrés hídrico y salinidad. Mi tesis de maestría1 determinó teóricamente la cantidad de biomasa de sorgo necesaria para ser quemada en una caldera convencional de bagazo. Además, se realizó el balance energético preliminar del mismo y se calculó la productividad energética (PE), con un valor de PE=30,3 lo que significa que la energía producida fue 30,3 veces mayor que la energía insumida. Si comparamos este valor con el obtenido por el RAC de PE=23,6 podemos decir que es un valor optimista para ser considerado como un nuevo combustible renovable.

 

Hacia dónde vamos caminando

Ante el escenario que se presenta, el camino que se debería reforzar es el uso racional de la energía o eficiencia energética en los procesos. Una alternativa es reutilizar las corrientes de un proceso industrial mediante la integración energética, aprovechando las energías residuales del mismo. Con esto se puede ahorrar energía (y dinero) y propender a la sustentabilidad energética, es decir, hacer un uso consciente y responsable de los recursos, sin agotarlos ni exceder su capacidad de renovación, y sin comprometer el acceso a estos por parte de generaciones futuras.

Otra opción, que trabajé en mi tesis, es reemplazar la energía proveniente de combustibles fósiles (carbón, petróleo, gas natural, etc.) por energías renovables o alternativas, como la biomasa.  Con esto se favorecería el objetivo fijado por la ley 27191 de lograr una contribución del 20% a fuentes de energías renovables en la producción de energía eléctrica para el año 2025.

Lograr la eficiencia energética es una forma de cuidar al planeta, ya que no solo se debe poner énfasis en usar equipos que consuman menos energía, sino en ser nosotros los protagonistas, es decir, quienes consumamos menos y de un modo más “verde”.

Por otro lado, el avance científico y tecnológico, los nuevos modelos de negocios gubernamentales y los acuerdos entre instituciones de investigación, como lo es la EEAOC, son esenciales para impulsar el avance de las energías renovables y el incremento en la competitividad de las tecnologías más limpias.

 

 

*Además, estudia los sistemas de cogeneración en la industria sucro-alcoholera, el incremento de la eficiencia energética de sistemas de producción de bioelectricidad en la industria sucro-alcoholera a partir de biomasas residuales. Y colabora en la gestión y desarrollo de proyectos relacionados a energías de la biomasa y aprovechamiento energético de la biomasa.

 

 

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